
Quinceañera - 2006
Wash Westmoreland, Richard Glatzer
Quinceañera es un film que se hace simpático. Nos presenta vidas cotidianas, con problemas que reconocemos, situaciones y conversaciones de todos los días, propiciados por los conflictos de la adolescencia. La película funciona espléndida como retrato de una sociedad integrada y segregada a partes iguales en un país que les es tan ajeno como propio. Casi documental en la descripción de la tradición que origina el film, despertará sonrisas en todo aquel que haya pasado por ese trance y curiosidad en aquellos que no tengan esa costumbre. Pero por debajo de todo ello, donde la película adquiere su máximo interés es en la narración de cómo una cultura se va impregnando de otra, en la naturalidad en la que se mezclan estilos de vida e idiomas, en la sutileza en la que se rechazan individuos y comportamientos y en la descripción de la cultura resultante, tan híbrida, tan curiosa. Los protagonistas, mexicanos de origen, conservan su fervor religioso, pero el papá de la niña es pastor protestante, ya no católico; sin embargo siguen los altares, perdura el machismo y la homofobia. Las madres mezclan arbitrariamente inglés y español, imagen de mujer moderna en una realidad volcada a sus esposos; es en el retrato de esta nueva identidad cultural donde la película triunfa.

